La última pregunta Parte II, (Isaac Asimov)


Considerado el mejor cuento corto de este prolífico escritor de ciencia ficción, el cual tenía la capacidad de generar artículos, notas periodísticas y por lo menos un libro cada dos meses. Y tomando en cuenta que la mayoría de su obra fue realizada en una máquina de escribir tradicional, no deja de ser sorprendente. La última pregunta, que independientemente del tamaño del relato se considera su mejor cuento, su éxito radicó tal vez en la sencillez del escrito, incluso para quienes no tenían ninguna experiencia en terminología científica.

Por cuestiones de tiempo, y además de que tengo la sana costumbre de evitar el copy paste, estará siendo publicado en capítulos hasta completar su totalidad. Los invito a disfrutarlo y tomarse un momento de reflexión, pues este cuento seguramente les hará mover una o dos neuronas.



La última pregunta
Parte II


Jerrodd, Jerrodine y Jerrodette I y II observaban la imagen estrellada en el visiplato mientras completaban el pasaje por el hiperespacio en un lapso fuera de las dimensiones del tiempo. Inmediatamente, el uniforme polvo de estrellas dio paso al predominio de un único disco de mármol, brillante y centrado.

- Es X-23- dijo Jerrodd con confianza. Sus manos delgadas se entrelazaron con fuerza detrás de su espalda y los nudillos se pusieron blancos.

Las pequeñas Jerrodettes, niñas ambas, habían experimentado el pasaje por el hiperespacio por primera vez en su vida. Contuvieron las risas y se persiguieron localmente alrededor de la madre, gritando:

- Hemos llegado a X-23...hemos llegado a X-23...hemos llegado a X-23...
- Tranquilas, niñas- dijo rápidamente Jerrodine-. ¿Estás seguro, Jerrodd?
- ¿De qué hay que estar seguro? - Preguntó Jerrodd, echando una mirada al tubo Microvac, que uno le hacía preguntas si lo deseaba; que aunque uno no se las hiciera de todas maneras cumplía con su tarea de conducir la nave hacía un destino prefijado, de abastecerla de energía desde alguna de las diversas estaciones de Energía Subgalática y de computar las ecuaciones para los saltos hiperespaciales.

Jerrodd y su familia no tenían otra cosa que hacer sino esperar y vivir en los cómodos sectores residenciales de la nave.

Cierta vez alguien le había dicho a Jerrodd, que el "ac" al final de "Microvac" quería decir "computadora analógica" en inglés antiguo, pero estaba a punto de olvidar incluso eso.

Los ojos de Jerrodine estaban húmedos cuando miró el visiplato.
- No puedo evitarlo. Me siento extraña al salir de la Tierra.
- ¿Por qué, caramba?- preguntó Jerrodd-.  No teníamos nada allí. En X-23 tenemos todo. No estarás sola. No serás una pionera. Ya hay un millón de personas en ese planeta. Por Dios, nuestros bisnietos tendrán que buscar nuevos mundos porque llegará el día en que X-23 estará superpoblado. - Luego agregó, después de una pausa reflexiva: - Te aseguro que es una serte que las computadoras hayan desarrollado viajes interestelares, considerando el ritmo al que aumenta la raza.

- Lo sé, lo sé-  respondió Jerrodine con tristeza.
Jerrodette I dijo de inmediato:
- Nuestra Microvac es la mejor Microvac del mundo.
- Eso creo yo también - repuso Jerrodd, desordenándose el pelo.

Era realmente una sensación muy agradable tener una Microvac propia y Jerrodd estaba contento de ser parte de su generación y no de otra. En la juventud de su padre las únicas computadoras eran unas enormes máquinas que ocupaban un espacio de ciento cincuenta kilómetros cuadrados. Sólo había una por planeta. Se llamaban ACs Planetarias. Durante mil años habían crecido constantemente en tamaño y luego, de pronto, llegó el refinamiento. En un lugar de transistores hubo válvulas moleculares, de manera que hasta la AC planetaria más grande podía colocarse en una nave espacial y ocupar sólo la mitad del espacio disponible.

Jerrodd se sentía eufórico siempre que pensaba que su propia Microvac personal era muchísimo más compleja que la antigua y primitiva Multivac que por primera vez había domado al Sol,  y casi tan complicada como una AC planetaria se la Tierra (la más grande) que por primera vez resolvió el problema del viaje hiperespacial e hizo posible los viajes a las estrellas. - Tantas estrelals, tantos planetas- suspiró Jerrodine, inmensa en sus propios pensamientos-. Supongo que las familias seguirán emigrando siempre a nuevos planetas, tal como hacemos nosotros ahora.

- No siempre- respondió Jerrodd, con una sonrisa-. Todo esto terminará algún día, pero no antes de que pasen billones de años. Muchos billones. Hasta las estrellas se extinguen, ¿Sabes? Tendrá que aumentar la entropía.
- ¿Qué es la entropía, papá? - perguntó Jerrodette II con voz aguda.
- Entropía, querida, es sólo una palabra que significa la cantidad de desgaste del universo. Todo se desgasta, como sabrás, por ejemplo tu pequeño robot walkie-talkie, ¿recuerdas?
- ¿No puedes ponerme una nueva unidad de energía, como a mi robot?
- Las estrellas son unidades de energía, querida. Una vez que se extinguen, ya no hay más unidades de energía.
Jerrodette I lanzó un chillido de inmediato.
- No las dejes papá. No permitas que las estrellas se extingan.
- Mira lo que has  hecho - susurró Jerrodine, exasperada. - ¿Cómo podría saber que iba a asustarla? - Respondió Jerrodd también en un susurro.
- Preguntale a la Microvac - gimió Jerrodette I-. Preguntale cómo volver a encender las estrellas.
- Vamos - dijo jerrdine-. Con eso se tranquilizarán. -(Jerrodette II ya se estaba echando a llorar, también).
Jerrodd se encogió de hombros.
- Ya está bien, queridas. Le preguntaré a Microvac. No se preocupen, ella nos lo dirá.
Le preguntó a la Microvac, y agregó rápidamente:
- Imprimir la respuesta.
Jerrod retiró la delgada cinta de celufilm y dijo alegremente: - Miren, la Microvac dice que se ocupará de todo cuando llegue el momento, y que no se preocupen.
Jerrodine dijo:
- Y ahora, niñas, es hora de acostarse. Pronto estaremos en nuestro nuevo hogar.
Jerrodd leyó las palabras en el celufilm nuevamente antes de destruirlo: DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

Se encogió de hombres y miró el visiplato. El X-23 estaba cerca.

VJ-23X de Lameth miró las negras profundidades del mapa tridimensional en pequeña escala de la galaxia y dijo:
- ¿No será una ridiculez que nos preocupe tanto la cuestión?
MQ-17J de Nicrón sacudió la cabeza.

- Creo que no. Sabes que la galaxia estará llena en cinco años con el actual ritmo de expansión.

Los dos parecían jóvenes de poco más de veinte años. Ambos eran altos y de formas perfectas.
- Sin embrago, dijo VJ-23X- me resisto a presentar un informe pesimista al Consejo Galáctico.
- Yo no pensaría en presentar ningún otro tipo de informe. Tenemos que inquietarnos un poco. No hay otro remedio.
VJ-23X suspiró.
- El espacio es infinito. Hay cien billones de galaxias disponibles.
- Cien billones no es infinito, y cada vez se hace menos infinito. ¡Piensalo! Hace veinte mil años, la humanidad resolvió por primera vez el problema de utilizar energía estelar, y algunos siglos después se hicieron posibles los viajes interestelares. A la humanidad le llevó un millón de años llenar un pequeño mundo y luego sólo quince mil años llenar el resto de la Galaxia. Ahora la población se duplica cada diez años...
- Eso debemos agradecérselo a la inmortalidad.
- Muy bien. La inmortalidad existe y debemos considerarla. Admito que esta inmortalidad tiene su lado complicado. La galática AC nos ha solucionado muchos problemas, pero resolver el problema de evitar la vejez y la muerte, anuló todas las otras cuestiones.
- Sin embargo no creo que desees abandonar la vida.
- En absoluto- Saltó MQ-17J, y luego se suavizó de inmediato-. No todavía. No soy tan viejo. ¿Cuántos años tienes tú?
-Doscientos veintitres. ¿Y tú?
- Yo todavía no tengo doscientos. Pero, volvamos a lo que decía. La población se duplica cada diez años. Una vez que se llene la galaxia, habremos llenado otra en diez años. Diez años más y habremos llenado dos más. Otra década, cuatro más. En cien años, habremos llenado mil galaxias; en mil años, un millón de galaxias. En diez mil años, todo el universo conocido. Y entonces, ¿qué?
 VJ-23X dijo:
- Como problema paralelo, está el del transporte. Me pregunto cuántas unidades de energía solar se necesitan para trasladar galaxias de individuos de una galaxia a la siguiente.
- Muy buena observación. La humanidad ya consume dos unidades de energía solar por año.
- La mayor parte de esta energía se desperdicia. Al fin y al cabo, nuestra propia galaxia sola gasta mil unidades de energía solar por año, y nosotros solamente usamos dos de ellas.
- De acuerdo, pero aún con la eficiencia de un cien por ciento, sólo podemos postergar el final. Nuestras necesidades energéticas crecen en progresión geométrica, y a un ritmo mayor que nuestra población. Nos quedaremos sin energía todavía más rápido que sin galaxias. Muy buena observación. Muy, muy buena observación.
- Simplemente tendremos que construir nuevas estrellas con gas interestelar.
- ¿O con calor disipado? - preguntó MQ-17J, con tono sarcástico.
- Puede haber alguna forma de revertir la entropía. Tendrémos que preguntárselo a la Galáctica AC.
VJ-23X no hablaba realmente en serio, pero MQ-17J sacó su contacto AC del bolsillo y lo colocó sobre la mesa frente a él.
- No me faltan ganas- dijo-. Es algo que la raza humana tendrá que enfrentar algún día.

Miró sombríamente su pequeño contacto AC. Era un objeto de apenas cinco centímetros cúbicos, nada en sí mismo, pero estaba conectado a través del hiperespacio con la gran Galáctica AC que servía a toda la humanidad y, a su vez era parte integral suya.

MQ-17J hizo una pausa para preguntarse si algún día, en su vida inmortal, llegaría a ver la galática AC. Era un pequeño mundo propio, una telaraña de rayos de energía que contenía la materia dentro de la cual las oleadas de los planos medios ocupaban el lugar de las antiguas y pesadas válvulas moleculares. Sin embargo, a pesar de esos funcionamientos subetéreos, se sabía que la Galáctica AC tenía mil diez metros de ancho.

Repentinamente, MQ-17J preguntó a su contacto AC:
- ¿Es posible revertir la entropía?
VJ-23X, sobresaltado, dijo de inmediato:
- Ah, mira, realmente no quise decir que tenías que preguntar eso.
- ¿Por qué no?
- Los dos sabemos que la entropía no puede revertirse. No puedes volver a convertir el humo y las cenizas en un árbol.
- ¿Hay árboles en tu mundo? - preguntó MQ-17J.
El sonido de la Galáctica AC los sobre saltó y les  hizo guardar silencio. Se oyó su voz fina y hermosa en el contacto AC en el escritorio. Dijo: DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
VJ-23X dijo:
- ¡Ves!


continuará....


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