La última pregunta Parte III, (Isaac Asimov)


Considerado el mejor cuento corto de este prolífico escritor de ciencia ficción, el cual tenía la capacidad de generar artículos, notas periodísticas y por lo menos un libro cada dos meses. Y tomando en cuenta que la mayoría de su obra fue realizada en una máquina de escribir tradicional, no deja de ser sorprendente. La última pregunta, que independientemente del tamaño del relato se considera su mejor cuento, su éxito radicó tal vez en la sencillez del escrito, incluso para quienes no tenían ninguna experiencia en terminología científica.

Por cuestiones de tiempo, y además de que tengo la sana costumbre de evitar el copy paste, estará siendo publicado en capítulos hasta completar su totalidad. Los invito a disfrutarlo y tomarse un momento de reflexión, pues este cuento seguramente les hará mover una o dos neuronas.


La última pregunta
Parte III

Entonces los dos hombres volvieron a la pregunta del informe que tenían que hacer para el consejo galáctico.

La mente de Zee Prime abarcó la nueva galaxia con un leve interés en los incontables racimos de estrellas que la poblaban. Nunca había visto eso antes. ¿Alguna vez las vería todas? Tantas estrellas, cada una con su carga de humanidad...una carga que era casi un peso muerto. Cada vez más, la verdadera esencia del hombre había que encontrarla allá afuera, en el espacio.

¡En las mentes, no en los cuerpos! Los cuerpos inmortales permanecían en los planetas, suspendidos sobre los eones. A veces despertaban a una actividad material pero esa era cada vez más raro. Pocos individuos nuevos nacían para unirse a la multitud increíblemente poderosa, pero ¿qué importaba? Había poco lugar en el universo para nuevos individuos.

Zee Prime despertó en su ensoñación al encontrarse con los sutiles manojos de otra mente.

- Soy Zee Prime. ¿Y tú?
- Soy Dee Sub Wun. ¿Tu galaxia?
- Sólo la llamamos Galaxia. ¿Y tú?
- Llamamos de la misma manera a la nuestra. Todos los hombres llaman Galaxia a su galaxia, y nada más. ¿Por qué será?
- Porque todas las galaxias son iguales.
- No odas. En una galaxia en particular debe haberse originado la raza humana. Eso la hace diferente.
Zee Prime dijo.
- ¿En cuál?
- No sabría decirte. La Universal AC debe estar enterada.
- ¿Se lo preguntamos? De pronto tengo curiosidad por saberlo.
Las percepcioines de Zee Prime se ampliaron hasta que las galaxias mismas se encogieron y se convirtieron en un polvo nuevo, más difuso, sobre un fondo mucho más grande. Tantos cientos de billones de galaxias, cada una con sus seres inmortales, todas llevando su carga de inteligencias, con mentes que vagan libremente por el espacio. Y sin embargo una de ellas era la única entre todas por ser la Galaxia original. Una de ellas tenía un pasado vago y distante, un período en que había sido la única galaxia poblada por el hombre.

Zee Prime se consumía de curiosidad por ver esa galaxia y gritó:

-¡ Universasl AC! ¿En qué galaxia se originó el hombre?

La universal AC oyó, por que todos los mundos tenían listos sus receptores, y cada receptor  conducía por el hiperespacio a algún punto desconocido donde la Universal AC se mantenía independiente.

Zee Prime sólo sabía de un hombre cuyos pensamientos habían penetrado a distancia sensible de la Universal AC, y sólo informó sobre un globo brillante, de sesenta centímetros de diámetro, difícil de ver.

- ¿Pero cómo puede ser eso toda la Universal AC? - había preguntado Zee Prime.

La mayor parte - fue la respuesta- está en el hiperespacio. NO puedo imaginarme en qué forma está allí.

Nadie podía imaginarlo, porque hacía mucho que había pasado el día - y eso Zee Prime lo sabía- en que algún hombre tuvo parte en construir la Universal AC. Cada Universal AC diseñaba y construía a su sucesora. Cada una, durante su existencia de un millón de años o más, acumulaba información necesaria como para construir una sucesora mejor, más intrincada, más capaz en la cual dejar sumergido y almacenado su propio acopio de información e individualidad.

La Universal AC interrumpió los pensamientos erráticos de Zee Prime, no con palabras, sino con directivas. La mentalidad de Zee Prime fue dirigida hacia un difuso mar de Galaxias donde una en particular se agrandaba hasta convertirse en estrellas.

Llegó un pensamiento, infinitamente distante, pero infinitamente claro.

ÉSTA ES LA GALAXIA ORIGINAL DEL HOMBRE.

Pero era igual, al fin y al cabo, igual que cualquier otra, y Zee Prime resopló de desilusión.


Dee Sub Wun, cuya mente había acompañado a Zee Prime, dijo de pronto:


- ¿ Y una de estas estrellas es la estrella original del hombre?


La Universal AC respondió: 


LA ESTRELLA ORIGINAL DEL HOMBRE SE HA HECHO NOVA. ES UNA ENANA BLANCA


- ¿Los hombres que la habitaban murieron? - Preguntó Zee Prime, sobresaltado y sin pensar.


La Universal AC respondió:


COMO SUCEDE EN ESTOS CASOS UN NUEVO MUNDO PARA SUS CUERPOS FÍSICOS FUE CONSTRUIDO CON EL TIEMPO.


- Sí, por supuesto- dijo Zee Prime, pero aún así lo invadió una sensación de pérdida. Su mente dejó de centrarse en la Galaxia original del hombre, y le permitió volver a perderse en pequeños puntos nebulosos. No quería volver a verla.


Dee Sub Wun dijo:


- ¿Qué sucede?
- Las estrellas están muriendo. La estrella original ha muerto.
- Todas deben morir.¿ Por qué no?
- Pero cuando toda la energía se haya agotado,  nuestros cuerpos finalmente morirán, y tú y yo con ellos.
- Llevará billones de años.
- No quiero que suceda, ni siquiera dentro de billones de años. ¡Universal AC! ¿Cómo pude evitarse que las estrellas mueran?


Dee Sub Wun dijo, divertido:
- Estás preguntando cómo podría revertirse la dirección de la entropía.


Y la Universal AC respondió:


TODAVÍA  HAY DATOS INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.


Los pensamientos de Zee Prime volaron a su propia galaxia. Dejó de pensar en Dee Sub Wun, cuyo cuerpo podría estar esperando en una galaxia a un trillón de años luz de distancia, o en la estrella siguiente a la de Zee Prime. No importaba.


Con aire desdichado, Zee Prime comenzó a recoger hidrógeno interestelar con el cual construir una pequeña estrella propia. Si las estrellas deberían morir alguna vez, al menos podrían construirse algunas.



La última pregunta
Parte IV


El Hombre, mentalmente, era uno solo, y estaba conformiado por un trillón de trillones de cuerpos sin edad, cada uno en su lugar, cada uno descansando, tranquilo e incorruptible, cada uno cuidado por autómatas perfectos, igualmente incorruptibles, mientras las mentes de todos los cuerpos se fusionaban libremente entre sí, sin distinción.
El Hombre dijo:
- El universo está muriendo.

El Hombre miró a su alrededor a las galaxias cada vez más oscuras. Las estrellas gigantes, muy gastadoras, se habían ido hace rato, habían vuelto a lo más oscuro de la oscuridad del pasado distante. Casi todas las estrellas eran enanas blancas, que finalmente se desvanecían.


Se habían creado nuevas estrellas con el polvo que había entre ellas, algunas por procesos naturales, otras por el Hombre mismo, y también se estaban apagando. Las enanas blancas aún podían chocar entre ellas, y de las poderosas fuerzas así liberadas se construían nuevas estrellas, pero una sola estrella por cada mil estrellas enanas blancas destruidas, y también éstas llegarían a su fin.


El Hombre dijo:


- Cuidadosamente administrada y bajo la dirección de la Cósmica AC, la energía que todavía quedaba en todo el universo, pude durar billones de años. Pero aún así eventualmente todo llegará a su fin. Por mejor que se la administre, por más que se la racione, la energía gastada desaparece y no puede ser repuesta. La entropía aumenta continuamente.


El Hombre dijo:


- ¿Es posible revertir la entropía? Preguntemos a la Cósmica AC.
La AC los rodeó pero no en el espacio. Ni un solo fragmento de ella estaba en el espacio. Estaba en el hiperespacio y hecha de algo que no era materia ni energía. La pregunta de su tamaño y su naturaleza ya no tenía sentido comprensible para el Hombre.
- Cósmica AC- dijo el Hombre- ¿cómo puede revertirse la entropía?
La Cósmica AC dijo: LOS DATOS SON TODAVÍA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
- El Hombre ordenó: - Recoge datos adicionales.
La Cósmica AC dijo: LO HARÉ HACE CIENTOS DE BILLONES DE AÑOS QUE LO HAGO. MIS PREDECESORES Y YO HEMOS ESCUCHADO MUCHAS VECES ESTA PREGUNTA. TODOS LOS DATOS QUE TENGO SIGUEN SIENDO INSUFICIENTES.
- ¿Llegará el momento - preguntó el Hombre- en que los datos sean suficientes o el problema es insoluble en todas las circunstancias concebibles?
La Cósmica AC respondió: NINGÚN PROBLEMA ES INSOLUBLE EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS CONCEBIBLES.
- ¿Cuándo tendrás suficientes datos para responder la pregunta?
La Cósmica AC respondió: LOS DATOS TODAVÍA SON INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.
- ¿Seguirás trabajando en eso? - Preguntó el Hombre.
La Cósmica AC respondió:
- Sí. Y el Hombre dijo:
- Esperaremos.
Las estrellas y las galaxias murieron y se convirtieron en polvo, y el espacio se volvió negro después de tres trillones de años de desgaste.


Uno por uno, el Hombre se fusionó con la AC, cada cuerpo físico perdió su identidad mental en forma que no era una pérdida sino una ganancia.


La última mente del Hombre hizo una pausa entes de la fusión, contemplando un espacio que sólo incluía la borra de la última estrella oscura y nada aparte de esa materia increiblemente delgada, agitada al azar por los restos de calor que se gastaba, asintóticamente, hasta llegar al cero absoluto.


El Hombre dijo:
- AC, ¿es éste el final?¿Este caos no puede ser revertido al universo una vez más?¿Esto no puede hacerse?


AC respondió:
LOS DATOS SON TODAVÍA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.


La última mente del Hombre se fusionó y sólo AC existió en el hiperespacio.


La materia y la energía se agotaron y con ellas el espacio y el tiempo. Hasta AC exitía solamente para la última pregunta que nunca había sido respondida desde la época en que dos técnicos en computación medio alcoholizados, tres trillones de años antes, forularon la pregunta en la computadora que era para AC mucho menos de lo que para un hombre el Hombre.


Todas las preguntas habían sido contestadas, y hasta que esa última pregunta fuera respondida también, AC no podía liberar su conciencia.


Todos los datos recogidos habían llegado a su fin. No quedaba nada para recoger.


Pero toda la información reunida todavía tenía que ser completamente correlacionada y unida en todas las posibles relaciones.


Se dedicó un intervalo sin tiempo para hacer esto.


Y sucedió que AC aprendió cómo revertir la dirección de la entropía.


Pero no había ningún Hombre a quién AC pudiera dar respuesta a la última pregunta. No había materia. La respuesta - por demostración- se ocuparía de eso también.


Durante otro intervalo sin tiempo, AC pensó la mejor forma de hacerlo, cuidadosamente, AC organizó el programa.


La conciencia de AC abarcó todo lo que alguna vez había sido un universo y pensó en lo que en ese momento era el caos.


Paso a paso, había que hacerlo.


Y AC dijo:


¡HÁGASE LA LUZ!
Y la luz se hizo...


























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